Ohigan Privamera – 18 al 24 de marzo
¿Qué significa Ohigan y de dónde viene?
OHIGAN es una costumbre budista cuyo origen se remonta al emperador Shōmu en el siglo VIII. En japonés, (対岸) “Ohigan” significa “la otra orilla”, que conecta con la palabra sánscrita “Paramita”.
En Japón “O-higan” se celebra durante siete días; tres días antes del equinoccio hasta tres días después. Las familias rezan a sus antepasados pidiéndoles buena salud y éxito en el hogar y en el trabajo. Por esta razón, Ohigan es un tiempo para reflexionar y recordar a nuestros seres queridos que han pasado a la ‘otra orilla”
La mayoría de los templos de Japón también celebran ceremonias de Ohigan para expresar gratitud por haber despertado a la sabiduría y la compasión.
¿Por qué se celebran los equinoccios en Japón?
En el día del equinoccio, la duración del día y la noche son aproximadamente iguales. Un equinoccio ocurre dos veces al año, en septiembre y marzo, para la cultura japonesa y en el budismo no solo simboliza la transición de las estaciones, sino también la transición entre la vida y la muerte.
Según los preceptos budistas, en estas fechas se dan las mejores condiciones para comunicarnos con nuestros antepasados debido a que en estas fechas, el Sol sale exactamente desde el Este y se esconde exactamente en el Oste. Para los budistas: “El Sol sale del Este en donde está mundo de los vivos y el termina en el Oeste en donde está el mundo de los difuntos”.
Este 2022 Ohigan primavera se celebrará entre el 18 y 25 de marzo y Ohigan de otoño se celebrará del 22 al 26 de septiembre.
¿Qué se hace en Ohigan?
Durante el Ohigan, los budistas en Japón visitan los cementerios de su familia “Ohaka” (Mausoleo) para adorar en nombre de sus antepasados y parientes con flores.
También se acostumbra a realizar la limpieza del Butsudan decorándolo con hermosas flores y se hacen ofrendas de platos, frutas y dulces entre los que se caracteriza el BOTAMOCHI u OHAGI.
Según la costumbre de Okinawa, frente al butsudan se quema el UCHIKABI el cual es un papel que equivaldría al dinero del más allá y que ofrecemos a nuestros ancestros quemándolo y enviándolo para que ellos lo usen.
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